Luego de mi adolescencia, época en la que me devoraba los libros de Agatha Christie por horas -cuando no tenía muchas otras cosas "importantes" que hacer en la vida- me enamoré del género de novela negra o novela policíaca, y desde entonces los libros que leo de ese género se han convertido en mis favoritos: Padura, Fonseca, Camilleri, por ejemplo, son algunos de los autores que he leído en los últimos años. A Marçal Aquino me lo presentó
Luis Reynaldo Pérez tras comprar uno de sus libros,
El Invasor, en la Feria Internacional del libro de Santo Domingo del 2017, en el
stand de la Editorial Océano.
Aquella novela con mezcla de romance, sexo y crimen, me fue envolviendo hasta desencadenar en un final inesperado que me encantó. Curiosamente, unas semanas después de leer este libro, encontramos otra vez a Aquino en la más reciente feria del libro, esta vez con un título bastante llamativo:
Yo recibiría las peores noticias de tus lindos labios, así que no lo pensé dos veces para comprarlo y para leerlo. Estoy casi terminando el libro y me gusta más aún que el anterior, una lectura sencilla, con imágenes casi poéticas y un buen manejo de los tiempos: se pasea entre presente y pasado de una manera casi imperceptible y hay que estar bien atento para poder seguir el hilo de la historia. A mi entender, Aquino es uno de los escritores brasileños contemporáneos a quien vale la pena seguirle los pasos.
Aquella novela con mezcla de romance, sexo y crimen, me fue envolviendo hasta desencadenar en un final inesperado que me encantó. Curiosamente, unas semanas después de leer este libro, encontramos otra vez a Aquino en la más reciente feria del libro, esta vez con un título bastante llamativo: Yo recibiría las peores noticias de tus lindos labios, así que no lo pensé dos veces para comprarlo y para leerlo. Estoy casi terminando el libro y me gusta más aún que el anterior, una lectura sencilla, con imágenes casi poéticas y un buen manejo de los tiempos: se pasea entre presente y pasado de una manera casi imperceptible y hay que estar bien atento para poder seguir el hilo de la historia. A mi entender, Aquino es uno de los escritores brasileños contemporáneos a quien vale la pena seguirle los pasos.
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