Mi primer viaje fuera del país fue cuando tenía 12 años. Desde entonces, hasta los veinte, viajé varias veces a Puerto Rico y a Estados Unidos, a visitar a mi familia, pero fue cuando salí de la 'zona de confort', a mis veinte, cuando comienzo a contar mis viajes de aventura, mis viajes de adulta. En esa época, aunque existía internet, no existían los teléfonos inteligentes ni las redes sociales, por ende, las fotos que conservo desde entonces son en físico y de algunas cosas, lamentablemente, no conservo imágenes. Tampoco tengo muchas cosas escritas, porque aunque este blog lo tengo desde 2005 no tenía tanto acceso al mismo -por lo mismo de que el internet aún era una especie de privilegio con limitaciones-. Así que heme acá haciendo un ejercicio de memoria, para al menos hacer una especie de resumen de estos viajes y ponerme ahora la tarea de hacer bitácoras mejores en los próximos.
¡A la conquista de México!
Recuerdo cuando fui a México por primera vez (año 2000), yo tenía 20 años: un grito ahogado salió de mi boca, de mi alma, no sé si alguien en el avión escuchó, pero faltaban pocos cientos de metros para aterrizar y yo podía ver esa grandiosa tierra y no me lo creía. Ya había viajado varias veces antes, pero esto era otra cosa. La emoción que sentía no puedo describirla, pero por esa sensación, por todos los viajes posteriores, por el olor a maíz impregnado en mi memoria, por la música que me acompaña siempre, por los recuerdos, por los conatos de amores, por las vivencias, por cada rincón recorrido (y los que faltan por conocer)... siempre he pensado que algo de esa tierra me pertenece, o que algo de mi está sembrado allí, desde antes de existir en este espacio.
Llegué al Distrito Federal (hoy Ciudad de México) con 500 dólares y muchos contactos de amigos y conocidos con quienes solo había hablado por internet. Me pasé dos meses en los que conocí el Distrito Federal, las ciudades de Guanajuato (Estado de Guanajuato), Cuernavaca, Puebla y Guadalajara.
Mi primer viaje a Cuba:
En febrero del 2001 me dio por conocer Cuba y me fui por un mes ¿a hacer qué? No mucho, a menos nada "productivo", sin embargo fue uno de los viajes más enriquecedores y aleccionadores que he tenido en mi vida. Me quedé en casa de mi amiga Ivette, en el sector de Playa, y de ahí iba diario a Casa de las Américas, cerca del Malecón, a reunirme con unos amigos chilenos que estaban haciendo/donando una página web para esa institución. Me subí en carros públicos marca Lada, caminé mucho también. Conocí a varios artistas durante mi estancia, leí y compré varios libros (que aún recuerdo o conservo), compré mucha música y disfruté de innumerables experiencias. Me impresionó positivamente ver a una Cuba muy distinta de cómo los prejuicios me la pintaban.
Otro viaje de aventura: Venezuela con mi hermana menor
En 2002 fui a Cuba por tercera vez y también conocí Venezuela. No se me olvida que el boleto a Caracas estaba a dos x 1 (no he vuelto a encontrar esas ofertas nunca más) y en ese entonces costaba 200 dólares. Viajamos mi hermana y yo, yo tenía 22 años y ella 10, no sé porqué se me ocurrió viajar con ella, pero quería sacarla a un lugar distinto a Estados Unidos, y tenía amigos apoyadores esperándome, que se entusiasmaron con la idea de que viajara con ella. Estuvimos en Venezuela por 1 mes y conocimos Caracas, Mérida, Valencia, San Cristóbal y Maracay. Un país hermosísimo, pero lamentablemente en ese entonces ya empezaba una ola de violencia preocupante que nos hizo pasar algunos impasses, pero aún conservo en la memoria algunos de los momentos comapartidos con las dos Mariana, con Igor, con Roque (QEPD), con Lorena, con Víctor, con tantos amigos más... Los desayunos en El Hatillo, la visita al zoológico. Y el viaje maravilloso a Mérida, donde vi la nieve por primera vez en mi vida, cuando subimos al Pico del Ávila, a más de tres mil metros de altura.
¡A la conquista de México!
Recuerdo cuando fui a México por primera vez (año 2000), yo tenía 20 años: un grito ahogado salió de mi boca, de mi alma, no sé si alguien en el avión escuchó, pero faltaban pocos cientos de metros para aterrizar y yo podía ver esa grandiosa tierra y no me lo creía. Ya había viajado varias veces antes, pero esto era otra cosa. La emoción que sentía no puedo describirla, pero por esa sensación, por todos los viajes posteriores, por el olor a maíz impregnado en mi memoria, por la música que me acompaña siempre, por los recuerdos, por los conatos de amores, por las vivencias, por cada rincón recorrido (y los que faltan por conocer)... siempre he pensado que algo de esa tierra me pertenece, o que algo de mi está sembrado allí, desde antes de existir en este espacio.
Llegué al Distrito Federal (hoy Ciudad de México) con 500 dólares y muchos contactos de amigos y conocidos con quienes solo había hablado por internet. Me pasé dos meses en los que conocí el Distrito Federal, las ciudades de Guanajuato (Estado de Guanajuato), Cuernavaca, Puebla y Guadalajara.
Mi primer viaje a Cuba:
En febrero del 2001 me dio por conocer Cuba y me fui por un mes ¿a hacer qué? No mucho, a menos nada "productivo", sin embargo fue uno de los viajes más enriquecedores y aleccionadores que he tenido en mi vida. Me quedé en casa de mi amiga Ivette, en el sector de Playa, y de ahí iba diario a Casa de las Américas, cerca del Malecón, a reunirme con unos amigos chilenos que estaban haciendo/donando una página web para esa institución. Me subí en carros públicos marca Lada, caminé mucho también. Conocí a varios artistas durante mi estancia, leí y compré varios libros (que aún recuerdo o conservo), compré mucha música y disfruté de innumerables experiencias. Me impresionó positivamente ver a una Cuba muy distinta de cómo los prejuicios me la pintaban.
Otro viaje de aventura: Venezuela con mi hermana menor
En 2002 fui a Cuba por tercera vez y también conocí Venezuela. No se me olvida que el boleto a Caracas estaba a dos x 1 (no he vuelto a encontrar esas ofertas nunca más) y en ese entonces costaba 200 dólares. Viajamos mi hermana y yo, yo tenía 22 años y ella 10, no sé porqué se me ocurrió viajar con ella, pero quería sacarla a un lugar distinto a Estados Unidos, y tenía amigos apoyadores esperándome, que se entusiasmaron con la idea de que viajara con ella. Estuvimos en Venezuela por 1 mes y conocimos Caracas, Mérida, Valencia, San Cristóbal y Maracay. Un país hermosísimo, pero lamentablemente en ese entonces ya empezaba una ola de violencia preocupante que nos hizo pasar algunos impasses, pero aún conservo en la memoria algunos de los momentos comapartidos con las dos Mariana, con Igor, con Roque (QEPD), con Lorena, con Víctor, con tantos amigos más... Los desayunos en El Hatillo, la visita al zoológico. Y el viaje maravilloso a Mérida, donde vi la nieve por primera vez en mi vida, cuando subimos al Pico del Ávila, a más de tres mil metros de altura.
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