Sigo estando aquí aunque siento que me he ido tantas veces y no puedo pensar en tu cara porque tu cara son todas las caras con tantos nombres, distintos ojos, distintos acentos... Porque te amé en tantos lugares en ciudades de mar, o rodeados de frío, y te aprendí las costumbres me amoldé a ti hice un castillo con tu bandera izada y me volví una intelectual de la que te enamoraste. Nos hicimos el amor algunas noches, muchas noches, y no sólo te abrí las piernas, te di la vida, el alma... te lo quise dar todo, pero te fuiste y hoy te lloro con la fuerza de los cientos de adioses del diario de mi vida. Dei 30 de marzo 2007.
(o diario de una vida intensa)