Hoy me ha tocado trabajar desde casa en asuntos de mi empresa y he tenido la maravillosa experiencia de disfrutar de los pequeños detalles que regularmente no contemplo ni disfruto. Por ejemplo, tuve que salir a media mañana a hacer unas diligencias relativamente cerca de la casa y, al regresar, me encontré en el camino con un camioncito que vendía vegetales y víveres y por muy poco dinero compré dos libras de cebolla, una de ají, una de tomatitos bugalú y 4 plátanos, y también aproveché a un frutero para comprarle aguacate y varias frutas para tenerlas en casa en estos días. Vine contenta a casa a comer. Tuve que comprar comida en la calle porque no me iba a dar tiempo de cocinar entre todas las diligencias y trabajos pendientes, pero me senté en la mesa del comedor y me deleitó enormemente un concierto de pájaros y la brisa que entraba por el ventanal.
Ahora cae la lluvia, mientras también cae la tarde, y no puedo negar la sensación de plenitud que siento. En estos días estoy más tranquila. He tenido episodios de ansiedad (pocos y leves) pero he podido controlarlos. He tenido momentos de depresión y angustia, pero muy pasajeros. Sé que es algo con lo que tengo que trabajar un buen tiempo o toda mi vida, pero tengo la disposición de hacerlo, porque quiero disfrutar mi vida, no quiero estar ausente, quiero ser parte de lo que me pasa, valorarlo, disfrutarlo, luchar por lo que deseo... A veces (como ahora) me entra el miedito de pensar tan positivo (¡Sí, increiblemente!) pero quiero evadirlo, quiero dejar de pensar tanto y dejarme llevar... fluir.
Tengo deseos de ver películas esta semana, de disfrutarme mi casa, de disfrutarme lo que hago: mi trabajo, mi empresa; de hacer más cosas y dejar de postergarlas. En esas ando, y espero poder contarles sobre este proceso.
Ahora cae la lluvia, mientras también cae la tarde, y no puedo negar la sensación de plenitud que siento. En estos días estoy más tranquila. He tenido episodios de ansiedad (pocos y leves) pero he podido controlarlos. He tenido momentos de depresión y angustia, pero muy pasajeros. Sé que es algo con lo que tengo que trabajar un buen tiempo o toda mi vida, pero tengo la disposición de hacerlo, porque quiero disfrutar mi vida, no quiero estar ausente, quiero ser parte de lo que me pasa, valorarlo, disfrutarlo, luchar por lo que deseo... A veces (como ahora) me entra el miedito de pensar tan positivo (¡Sí, increiblemente!) pero quiero evadirlo, quiero dejar de pensar tanto y dejarme llevar... fluir.
Tengo deseos de ver películas esta semana, de disfrutarme mi casa, de disfrutarme lo que hago: mi trabajo, mi empresa; de hacer más cosas y dejar de postergarlas. En esas ando, y espero poder contarles sobre este proceso.
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