Llevo varios días fijándome en los árboles de Framboyán, hay varios en la autopista que tomo para venir a casa desde el centro de la ciudad, y también hay otros en algunas casas del barrio donde vivo. El framboyán rojo (porque hay otro amarillo) es un árbol hermosísimo, que en estas fechas llega a su máximo esplendor por ser primavera. Hay cuadros de framboyanes en casi todas las casas –no importa la clase- en este país, por eso llegué a detestar esa imagen por mucho tiempo. Pero en estos días que me he detenido un poco a admirar algunas cosas, he disfrutado mucho ver las florecitas rojas casi anaranjadas esparcidas en las calles o en la hierba, y pensé en escribir sobre eso esta noche porque cuando venía de regreso a casa, a pesar de ser de noche, volví a ver rebosantes los framboyanes en la autopista, justo cuando sonaba la canción Cerca de la Revolución cantada por Charly García y Mercedes Sosa, y me alegré tanto y tan genuinamente de haber podido distinguir el sonido del berimbao ...
(o diario de una vida intensa)